Una de las causas que origina la caries en la infancia, es la ingesta de los ácidos propios de la leche, así como de azúcares y carbohidratos contenidos en las fórmulas lácteas comerciales, advirtieron, de ahí la importancia de privilegiar la lactancia materna y fomentar la higiene bucal desde la infancia.
Señalaron que la caries de “biberón” debe ser tratada oportuna y adecuadamente, de lo contrario la infección puede persistir y afectar la sanidad de los dientes definitivos una vez que se mudan los dientes temporales mejor conocidos como “de leche”.
El IMSS Yucatán, proporciona alrededor de 19 mil consultas al año por caries, de éstas, cuatro mil 23 en menores de nueve años de edad.
Comentaron que el IMSS Yucatán dentro de su esquema PREVENIMSS dirigido a la población pediátrica, cuenta con aplicaciones tópicas de flúor con el fin de generar una barrera protectora contra la caries en los menores. Los especialistas detallaron que la dentición tiene varias etapas.
Entre el primer y tercer año de vida, aparecen 20 dientes temporales o “de leche”, ocho incisivos, cuatro caninos y ocho molares. Los incisivos centrales inferiores brotan alrededor de seis o siete meses de vida, los medios superiores a los siete meses, los laterales inferiores entre los siete y ocho meses, los laterales superiores o “colmillos” entre los 16 y 20 meses, los primeros molares entre los 12 y 16 meses y finalmente los segundos molares entre los 21 y 30 meses.
Indicaron que a partir de los seis años de edad, estos dientes comienzan a perderse para dar paso a los dientes definitivos, no obstante su cuidado no es menos importante que la dentadura permanente. Incluso manifestó que aún cuando los dientes “de leche” no hayan hecho su aparición, los padres deben limpiar con una gasa esterilizada las encías del bebé para prevenir infecciones u otras enfermedades periodentales.
Una vez que los dientes temporales brotan, se debe utilizar un cepillo de cerdas suaves especial para niños. El cepillado de los dientes temporales debe ser de arriba a abajo e incluso únicamente con agua. A partir de los tres años de edad ya puede hacerse uso de la pasta dental en pocas cantidades junto con el cepillado y en esta etapa es importante enseñar a los niños a hacerlo por ellos mismos. De hecho la primera visita al dentista debe darse entre el primer y tercer año de vida, cuando menos dos veces al año.
Advirtió que no es mito que una vez que los dientes temporales caen, los niños no deben pasar la lengua por los espacios “vacíos” ni introducir objetos externos debido a que esto contribuye a generar movimiento en las piezas dentales al reducir el espacio y modificar la posición del diente (dientes 'chuecos'). Tampoco deben aflojarse las piezas intencionalmente para hacerlas caer.
Es importante que los niños pierdan el temor a las visitas con el dentista. Las primeras no suelen ser traumáticas porque no hay un tratamiento de por medio y únicamente se aplican revisiones.
Recomendaron -a manera de estrategia para controlar el consumo de dulces o golosinas- , inculcar a los niños la obligación de lavarse los dientes inmediatamente después de consumirlos. Es decir que por cada vez que lo hagan deberán cepillarse los dientes, lo cual puede contribuir en buena medida a reducir su interés por ingerirlos durante todo el día, además de propiciar la conciencia sobre el aseo bucal.
Vía: Yucatán
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