La cabeza del cepillo de dientes debe ser pequeña — aproximadamente 1 pulgada por 1/2 pulgada (2,5 cm por 1,25 cm) — y debe tener un mango que permita sujetarlo con firmeza.
Las cerdas del cepillo deben ser de nylon suave y redondeadas en los extremos. Esto ayuda a asegurarnos de que las cerdas del cepillo alcancen los espacios entre los dientes y la superficie de éstos. Algunos cepillos son demasiado abrasivos y pueden desgastar el esmalte de los dientes. Por ello, en la mayoría de los casos, no se recomiendan los que tienen cerdas medianas y duras.
Vía: FaceDental
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